Alimentación del
niño de los 6 a los 10 años.
Dentro de esta edad escolar los niños siguen teniendo un
crecimiento lento y mantenido y tienen un aumento progresivo de la actividad
física. Adaptan sus comidas al horario escolar y frecuentemente consumen
calorías vacías entre horas.
En esta etapa
el niño empieza a ser más regular en cuanto a la cantidad de comida ingerida.
Es muy importante mantener un regularidad
en las comidas, intentando comer con los padres si es posible o en el colegio con el resto de los compañeros. Así, se deberá intentar mantener
el ritmo de al menos cuatro y aun mejor cinco comidas regulares: desayuno,
media mañana (según el horario de las comidas), comida, merienda y cena.
Muchas veces
resulta inevitable el consumo de tentempiés o chucherías entre las comidas, pero hay que intentar que sea el mínimo
posible. Ante todo siempre hay que evitar que consuma estos alimentos viendo la
televisión, por lo que es recomendable limitar el número de horas que el niño
ve la televisión a una o como mucho dos al día, ya que favorece tanto el
consumo de alimentos basura conocidos también como fast-food, como el
sedentarismo, promoviendo ambos factores la obesidad y la hipercolesterolemia.
Alimentación del
niño de 11 a 14 años
El otro grupo
de 11 a 14 años es más heterogéneo ya que en el
conviven niños en distintos estadios de maduración. En esta etapa aumenta el
ritmo de crecimiento y la mayor actividad física exige mayor aporte energético.
Las comidas suelen ser desordenadas y aumenta el consumo de alimentos
basura.
El niño en esta
etapa desarrolla un estilo de comida más independiente y lejos de la vigilancia
de los padres. Esta fase de la vida se caracteriza por presentar un
crecimiento más regular y mantenido, con una desaceleración evidente del mismo
previa al estirón puberal que en las niñas ocurre entre los 8-10 años y en los niños hacia
los 10-12 años. Simultáneamente existe un aumento espontáneo del apetito, en
contraposición con la etapa previa, y que con frecuencia da lugar a obesidad.